Capacitar en sumarios administrativos: una urgencia para la administración pública chilena

La administración pública en Chile atraviesa un momento crítico en materia de confianza ciudadana, afectada por escándalos como el reciente fraude de licencias médicas que involucra a más de 25.000 funcionarios públicos. La investigación, liderada por la Contraloría General de la República, reveló que empleados de diversas instituciones viajaron al extranjero mientras se encontraban con licencia médica, lo que ha derivado en más de 6.600 sumarios solo en el gobierno central.

Frente a este panorama, se vuelve urgente fortalecer los mecanismos internos de control y fiscalización. Una de las medidas más efectivas es la capacitación continua de los equipos en la correcta ejecución de sumarios administrativos. Esta formación no solo permite asegurar el cumplimiento de las normas, sino que también promueve una cultura ética y transparente al interior de las instituciones.

En un contexto de creciente desconfianza, es clave que los funcionarios comprendan su rol en la detección y sanción de irregularidades. La correcta aplicación de los sumarios administrativos permite determinar responsabilidades, aplicar sanciones justas y proteger los recursos públicos, garantizando un trato equitativo entre los empleados.

La legislación vigente también respalda esta necesidad. Se han endurecido las sanciones para profesionales de la salud que emiten licencias médicas injustificadas, incluyendo multas y suspensiones de hasta 180 días. Estos cambios exigen contar con equipos capacitados que puedan gestionar eficazmente los procesos sumarios y prevenir consecuencias legales y económicas para las instituciones.

Ante este escenario, capacitar en sumarios administrativos debe convertirse en una prioridad. Solo mediante equipos bien preparados y comprometidos será posible restaurar la confianza en el aparato público, prevenir nuevos fraudes y construir una administración más ética, eficiente y responsable. Las autoridades deben asumir este desafío impulsando programas de formación permanente y garantizando los recursos necesarios para que los funcionarios puedan ejercer su labor con integridad.