
las Metodologías Ágiles No son solo una forma de desarrollar proyectos que requieren rapidez y flexibilidad, también es una filosofía que involucra diferentes formas de trabajar y organizarse. de esta manera, cada proyecto se «trocea» en pequeñas partes que deben completarse y entregarse en unas pocas semanas. El objetivo es desarrollar productos y servicios de alta calidad en respuesta a las necesidades de los clientes cuyas prioridades cambian a un ritmo cada vez mayor.
Los métodos ágiles son muy adecuados cuando hay problemas en los que se desconoce la solución final o la tecnología es muy incierta. Un ejemplo es el software, cuya viabilidad se desconoce antes de ser enseñado a los usuarios potenciales.
Ventajas del Agile Project Management
A continuación, enumeramos algunas de las ventajas que nos brinda la gestión ágil de proyectos:
Mejora de la calidad del producto: estos métodos animan a los miembros del equipo a buscar de forma proactiva la excelencia del producto. Además, la integración, verificación y mejora continua de las características del producto mejoran en gran medida el resultado final.
Mayor satisfacción del cliente: El cliente está más satisfecho al verse involucrado y comprometido a lo largo de todo el proceso de desarrollo. Mediante varias demostraciones y entregas, el cliente vive a tiempo real las mejoras introducidas en el proceso.
Mayor motivación de los trabajadores: Los equipos de trabajo auto gestionados, facilitan el desarrollo de la capacidad creativa y de innovación entre sus miembros.
Trabajo colaborativo: La división del trabajo por distintos equipos y roles junto al desarrollo de reuniones frecuentes, permite una mejor organización del trabajo.
Uso de métricas más relevantes: Las métricas utilizadas para estimar parámetros como tiempo, coste, rendimiento, etc. son normalmente más reales en proyectos ágiles que en los tradicionales. Gracias a la división en pequeños equipos y fases podemos ser más conscientes de lo que está sucediendo.
Mayor control y capacidad de predicción: La oportunidad de revisar y adaptar el producto a lo largo del proceso ágil, permite a todos los miembros del proyecto ejercer un mayor control sobre su trabajo, cosa que permite mejorar la capacidad de predicción en tiempo y costes.
Reducción de costes: La gestión ágil del proyecto elimina prácticamente la posibilidad de fracaso absoluto en el proyecto, porque los errores se van identificando a lo largo del desarrollo en lugar de esperar a que el producto esté acabado y toda la inversión realizada.
Su funcionamiento en el entorno laboral
Los principios y valores en los que se basan las metodologías ágiles tienen como principal característica realizar entregas rápidas y continuas de software funcionando. Poniendo un ejemplo, en el marco de trabajo scrum el proyecto se divide en pequeñas partes que tienen que completarse y entregarse en plazos cortos, llamados ‘sprints’. De esta manera, si hay que realizar cualquier modificación, sólo se hacen cambios en la parte implicada y en muy poco tiempo.
La adopción de la filosofía ‘agile’ está ayudando a tener claras las prioridades, alineando las fuerzas de distintas áreas, pensando a nivel local y global. Y, por encima de todo, está permitiendo a los equipos colaborar integradamente, poner al cliente en primer lugar, innovar, pensar en grande y aportar valor de forma global.